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MUFFINS DE QUESO, CREMA AGRIA Y CEBOLLINO, TOMALOS CON UN BUEN VINO

15 Dic

Hoy 15 de Diciembre, se cumplen 66 años de la desaparición del gran músico Glenn Miller, y a pesar del tiempo transcurrido, las teorías sobre su trágica muerte vuelven a despertar de su letargo de la mano de varios escritores «expertos en el tema».

¿ Son estos escritores unos privilegiados que poseen datos e informes que nunca antes salieron a la luz ?. ¿ Sus conclusiones son veraces, o vienen a añadir más conjeturas a las ya existentes ?. Júzguenlo ustedes mismos.

Tenemos que retroceder en el tiempo a aquel 15 de Diciembre de 1.944, cuando, (tal como describíamos en la entrada del 11 de Diciembre) tras despegar del aeródromo de Twinwood, (50 millas al norte de Londres) el pequeño avión modelo Norseman C-64 parte con destino a París. Es la versión oficial en cuanto a fecha y lugar del despegue. A partir de aquí…, comienzan los interrogantes.

Según la versión oficial el avión despegó, y debido posiblemente al mal tiempo o un fallo técnico, se precipitó a las frías aguas del Canal de la Mancha. (En cuanto al tiempo, hay versiones de que el día era tormentoso, otras que nublado, y la más extendida se refiere a una intensa neblina)

Después del shock inicial, las débiles explicaciones oficiales sobre la desaparición, lejos de esclarecer los hechos, sembraron si cabe más dudas y terminaron por dar paso a especulaciones de todo tipo, algunas de las cuales hoy se han «rescatado» y «cebado», para terminar llevándonos al mismo sitio al que se llegó entonces: Un desconocimiento absoluto sobre lo que ocurrió aquel día.

Partiendo de que no se archivó el plan de ese vuelo, comienza «la hoja en blanco» de la aclaración de los hechos que ocurrieron aquel día. Mal comienzo desde luego, pero ahora vamos al anuncio oficial de la desaparición.

Muchos artículos afirman que se tardó una semana en anunciar públicamente la desaparición del avión. A falta de pruebas en toda esta historia montada a partir de humo, he encontrado un dato tangible de que no fue así…

En su edición del 18 de Diciembre de 1.944 el Readers Digest, recoge en un extenso artículo el testimonio del asistente de vuelo Freud Shaw, que asegura que junto a otros miembros de la tripulación de su avión, (un bombardero de la Fuerza Aérea Británica) han visto caer el día 15  un avión similar al tripulado por Miller. De ese testimonio hablaremos a continuación, pero lo importante es que el día 18 queda claro que ya se había dado la noticia de la desaparición; tres días después, no una semana como afirman muchos. No obstante, resulta cuanto menos extraño, que se tardara tanto en hacer pública la noticia de la desaparición.

La investigación de la desaparición del avión iba a ser llevada a cabo por el Gobierno Estadounidense, al ser Miller ciudadano americano. Pero el testimonio de Shaw, hizo que interviniera el Departamento de Historia Aérea del Ministerio Británico de Defensa.

Vamos ahora al testimonio de Shaw: Es un hecho comprobado que Shaw se encontraba a bordo del bombardero regresando de un ataque abortado contra Alemania, cuando cerca de la costa Sur inglesa se soltó la carga, entre la que se encontraba, una bomba de 2 toneladas conocida como «galletita».

Según el asistente de vuelo, cuando se asomó para ver la explosión divisó un Norseman volando más abajo, unos segundos después el artillero de babor le dijo por el intercomunicador: ¿viste caer ese avión?.

El testimonio de Shaw, llevó a una investigación por parte del Departamento de Historia Aérea del Ministerio de Defensa,… conclusión de la investigación: El Norseman pudo cruzarse con el bombardero o estar a Kilómetros del lugar de la explosión. Muy esclarecedor ¿verdad?.

Es posible que Shaw y el artillero vieran un pequeño avión volando bajo el bombardero, pero no hay pruebas de que fuera el que tripulaba Miller, y la conclusión de la investigación(que debió ser muy laboriosa a juzgar por los resultados) no ayuda a despejar las dudas.

Podemos pensar que todo esto transcurrió en plena guerra, sin los adelantos tecnológicos que hay hoy día, pero no deja de ser extraño, falto de interés; o con el interés de que todo se olvidara lo antes posible… ¿Por algún motivo concreto?.

Como todas las teorías de la desaparición siempre hay una nueva que viene a enredar más la telaraña, o a desdecir a la anterior. Y así en 1.973 algunos diarios anuncian la aparición del Norseman (Hasta el día de hoy, han aparecido varios aviones militares en la zona, pero ninguno es el avión que tripulaba Miller). Y afirman, que en 1.980 un perito confirmó una serie de fallos técnicos en el aparato, como los causantes del accidente. Ni bombas galleta, ni niebla o tormenta; ahora fallos técnicos y,… avión que aparece en 1.973.

Después de los comunicados oficiales rodeados de humo, los testimonios llenos de suposiciones y los artículos «no contrastados» de algunos periódicos; todo rodeado de un sospechoso hermetismo que continúa hasta nuestros días, llegamos a «la gallina de los huevos de oro», que son los guiones que no están escritos para el cine, sino para llenar los escaparates de las librerías.

Para resumir en un libro casi todo lo que se ha escrito sobre «teorías de la desaparición de Miller», ninguno mejor que el de Hunton Downs.

Según Downs, Eisenhower llegó a un acuerdo con el general alemán Von Rundstedt y otros dos miembros de la cúpula nazi para que Miller (que había hablado a veces en alemán durante sus programas semanales de radio, lo que me imagino, lo convierte en espía para Dows) volara junto a varios soldados de la División 101 hasta Krefeld (donde quedarían bajo protección de las fuerzas de Rundstedt). Después debían volar hasta Berlín, donde serían recibidos por el agente aliado Fritz Kolbe, y una vez allí, hacerse con el control de una estación de radio para emitir canciones de Miller, y difundir propaganda y mensajes de Eisenhower al pueblo alemán.

Según Downs, había un topo en el entorno del general aliado y el plan llegó a oídos de Hitler, quien envió a un coronel (especialista en servicios delicados). Miller, según la versión de Downs, primero fue utilizado como señuelo para obtener información de Eisenhower. Después, tras ser capturado a las puertas de un burdel de París, fue torturado y murió días después en un hospital militar. (Espero que no lo utilicen como guión para una película de ciencia ficción)

Este final se enreda con otros que lo llevan a un burdel de Alemania donde muere acuchillado por una prostituta. O el del escritor Wilbur Wrigh, que llega a la conclusión, (después de proponernos decenas de posibilidades) de que Miller andaba metido en «asuntos turbios» con…, ¡pasmense!, ¡el mercado negro! nada menos. Y no contento con su original teoría, termina la historia con una reyerta en un burdel, en la que recibe un golpe en la cabeza que lo lleva a la muerte pocos días después…

Bueno amigos, ¿no os parece que esto ya es demasiado?.

Debido a la nebulosa que envuelve a este accidente aéreo, es normal que todos alguna vez nos hayamos hecho preguntas. ¿Pudo haber sido espía y por eso tanto hermetismo, incluso entre sus amigo?, (como David Niven que no lo nombró en sus memorias, a pesar de su gran amistad) es posible, son suposiciones. Pero aún en el caso de que Eisenhower aprovechara la situación de Miller (en su misión de entretener a las tropas en la guerra) para pedirle que colaborara en la tarea de acabar con los nazis, su posible implicación hubiese sido más que admirable.

¿Era mujeriego Glenn Miller?, es probable…, pero de ahí a que se alimente el morbo hasta límites insospechados… ¿Queréis pensar que ese avión llegó a algún aeropuerto ese mismo día? …, es lícito hacerlo, yo lo he pensado alguna vez, aunque sin finales morbosos y decadentes para Miller.

Lo que es un hecho y está por encima de cualquier otra teoría, es que Miller rompió moldes. Que antes de convertirse en un mito, ya era el famoso trombonista cuya inconfundible música, nos sigue proporcionando momentos tan distendidos como aquellos que disfrutaron miles de soldados y civiles abrumados por el horror de la guerra. Va por ti Miller, mi pequeño homenaje.

Muffins de queso y cebollino

Ingredientes:

  • 280 gramos de harina
  • 2 cucharadas de levadura de panaderia en polvo
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 25 gramos de queso cheddar rallado, (o similar)
  • 30 gramos de cebollino fresco, cortado en aritos
  • 1 huevo grande ligeramente batido
  • 200 gramos de crema agria
  • 100 ml de yogur natural, sin azúcar
  • 4 cucharadas de mantequilla fundida (unos 30 gramos)

Preparación, paso a paso

Preparamos los ingredientes

Batimos ligeramente el huevo con la crema agria, el yogur y la mantequilla fundida

Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato

Añadimos el cebollino cortado en aros pequeños y el queso, y mezclamos bien

Unimos la mezcla de crema agria con la de harina y removemos con suavidad, pero sin excedernos, ya que los muffins quedarían duros.

Rellenamos las 3/4 partes de 12 moldes para muffins, o moldes de madalenas untados con un poco de aceite de girasol.

Cuecelos en el horno precalentado a 200º, durante unos 20 minutos, o hasta que hayan subido y presenten un bonito color dorado. Sácalos del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla.

Sirvelos templados, o ya fríos cortados por la mitad y rellenos de queso fresco…